Se marcha lamentando el poco apoyo municipal recibido. El hasta ahora presidente de Juventudes Musicales de Sanlúcar de Barrameda ha cesado en su cargo en esta semana, tras ocho años de mandato durante los cuales ha llevado la responsabilidad de la gestión de esta asociación cultural sin ánimo de lucro que promociona a los jóvenes intérpretes.
Acaba así un período durante el cual la entidad ha celebrado actos tan importantes como la celebración del XXV Aniversario de su fundación (que tuvo lugar a lo largo del año 2009), fruto del cual fue la entrega de la Medalla de Oro de la Federación Andaluza a la sede local, en reconocimiento de su trayectoria a lo largo de más de 25 años de actividad musical. Igualmente se logró, con el apoyo de la Consejería de Cultura, la actuación de la Orquesta Sinfónica de Córdoba en el Auditorio de la Merced con dicho motivo, además de congregarse para la ocasión la Asamblea General de Juventudes Musicales de Andalucía con la presencia de más 50 delegados de toda la comunidad autónoma.
Dentro de sus logros también figuran la celebración de la Tribuna de Jóvenes Intérpretes Sanluqueños, que dio la oportunidad de actuar en público durante el mes de Julio de 2009 a más de 20 jóvenes artistas de nuestra ciudad, futuras promesas de la Música, que constituyó un gran éxito de participación. Daza también aprovechó estos últimos años para realizar la historia de la asociación y su periplo lleno de éxitos y dificultades, que se vio reflejada en una publicación que vio la luz ante el público el pasado verano en un acto celebrado en el Palacio Ducal de Medina Sidonia.
Más de cincuenta recitales y conciertos del más variado género se han celebrado durante esta última etapa que ahora se cierra, todos ellos de una gran calidad. Y todo ello contando con una mínima ayuda municipal, pues, como reconoce Salvador Daza, «me voy con el sinsabor de no haber conseguido que el Ayuntamiento cumpla los compromisos acordados y firmados con Juventudes Musicales». Entre estas críticas, el ya ex-presidente menciona las subvenciones otorgadas por la Fundación Municipal de Cultura y no percibidas desde 1991, nada menos, la falta de un piano de cola permanente para la temporada de conciertos, el desalojo sufrido en 2008 de la pequeña sede que disfrutaban en el centro cultural “La Victoria”, y un escaso apoyo político desde la Delegación de Cultura, «que en este mismo lapso de tiempo ha gastado millones en Festivales de Verano y en orquestas extranjeras, mientras ha dado la espalda continuamente a nuestros jóvenes músicos españoles y andaluces que han actuado en Sanlúcar a través de Juventudes Musicales».
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