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31 jul 2012

Tengo agujetas en la rabia de tanto ejercitarla

Silvia/Kalvellido

Tengo agujetas en la rabia de tanto ejercitarla.

Porque no sólo nos vemos obligados a contemplar cómo se precipitan al vacío los escasos derechos conquistados a fuerza de golpes y de sangre y de exilio ahora también vemos cómo trabajadores desclasados, huecos , mansos, dedican el tiempo de su desempleo o el poco tiempo de sus trabajos precarios para dinamitar y desprestigiar las luchas ajenas.

Y esto jode.

De pronto hay quienes afirman con la contundencia del idiota que los funcionarios son privilegiados, que los emigrantes nos quitan el trabajo, que los taxistas se portan mal con sus compañeros, que los basureros cobran exagerado, que los autónomos defraudan millones a hacienda, que los jubilados amontonan boticas para nada y en este largo etcétera de infamias dichas a pie de calle, en el autobús o en la taberna dan nausea y ponen en evidencia que los sindicatos mayoritarios hicieron muy bien su trabajo de demolición de conciencias, tal y como se lo ordenaron sus amos, que pa eso les subvencionaron.

Estos discursos peligrosos van de boca en boca con el propósito de obligarnos a mirar con desconfianza al esclavo que va calzado, sólo porque nosotros no tenemos zapatos.

Y lo único que podría liberarnos es respirar con la certeza de que nadie nació para ser encadenado.










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