Al-Hakam Rodríguez
El término "genocidio" creemos que suele aludir sólo aun exterminio físico. Sin embargo aspectos como la erradicación cultural o lingüística, la liquidación política, el imposibilitar un desarrollo económico autónomo, suponen también facetas del genocidio contra un Pueblo. Por ello el solar andalusí de antaño, hoy despedazado en “regiones” artificiales como la Mancha, Extremadura, Alentejo, Murcia, Al-Garbe y Andalucía; nuestra Nación, Al-Andalus, no sólo padece el crimen de lesa Humanidad de un genocidio. La barbarie suprema se expresa, sin comparación posible, por tres veces.
1º.- El genocidio físico: desde la "baja Edad Media" (final de nuestro Renacimiento andalusí) muchos fueron empujados al exilio por la invasión castellana y otros que no se dejaron asimilar se verían compelidos a vivir en 'guettos' mudéjares, oscuros tiempos de morerías y juderías. Por la desnaturalización obligada, exilio o exterminio, la arrogante 'casta' (de donde procede el inventado vocablo "castellano") de los usurpadores sin escrúpulo se iba enseñoreando, entre expolios y crímenes inenarrables, con patente de corso papista. Al traicionarse las Capitulaciones condicionadas firmadas por Boabdil, , con la implantación del terror monárquicopapista de la Inquisición, comenzarían los "progroms" contra los que tachaban de herejes. Al igual que en el inicio de la dictadura franquista, por ejemplo, de lo que se trataba era de instaurar un régimen basado en un terror permanente de Estado, con periódicas matanzas que desculturizasen a la mayoría a base de escarmientos sangrientos.
2º.- El genocidio negado: minimizar quitándole importancia o solapar el intento de la aniquilación completa de todo un Pueblo, asumido sin rubor por sus mismos descendientes alienados, nos lleva a multiplicar los efectos de la brutalidad más criminal contra la Humanidad. Se iría gestando una verdadera conspiración de ominoso silencio nacionalpapista contra los moriscos o musulmanes andaluces como si no tuviesen derecho a existir. Incluso ahora en los programas educativos adoctrinadores, en los serviles media, por parte de vergonzantes intelectuales o artistas españoles azules o colorados, la destrucción de la Cultura de Al-Andalus no significa mucho más que una anécdota.
3º.- El genocidio celebrado: el colmo de la abyección, de la mezquindad inhumanas se afirma por el atroz masoquismo colectivo de festejar masacres y torturas pasadas, contra el propio Pueblo de todos los asistentes. Con participación institucional de cargos electos civiles a sueldo y religiosa católica se hacen, hasta hoy, coincidir días festivos con aniversarios de carnicerías en muchas villas andaluzas. La gentuza mercenaria imperialista, con bula papal, instauró la impunidad del bestial atropello llegando a las violaciones o los asesinatos, por la sola "razón" de la fuerza, de imponer el pánico colectivo. No hay problema para ellos, salvo el nacionalismo español los demás cuando no demonizados pueden menoscabarse.
Las consecuencias de toda esta monstruosidad amancebada del altar y el trono pueden constatarse en nuestros días. No por casualidad todo el mediodía peninsular lidera parámetros continentales de tétrica inculturación, de miseria y emigración que reflejan una realidad tercermundista, con el agravante del envejecimiento poblacional imparable, consecuencia de la vandálica necedad colonial. Ya va siendo hora que del mismo modo que los griegos exigen reparaciones por la conquista nazi, todos los países del Duero para abajo reclamemos indemnizaciones al Estado español y su compinche Vaticano, cínicos responsables subsidiarios, por las devastaciones económica, cultural, ecológica, etcétera, que llevamos sufriendo sin cesar desde hace siglos. ¿Dónde se ha visto que más de quince millones de personas, de seres humanos que habitaban Al-Andalus, si sólo reconocen haber deportado a trescientos mil de 1609 a 1614, hayan sido borradas de la faz de la tierra?. ¿Se imaginan que el acueducto de Segovia construido por Roma se lo apropiase el Estado italiano o las antiguas sinagogas sefardíes el Estado de Israel?, ¿Qué Notre Dame de París lo pusiese a su nombre el Papa?. Ese desvarío precisamente se permite desde tierras comunales de siglos hasta un Patrimonio de la Humanidad privatizado por la jeta en tiempos del expresidente Aznar, la Mezquita milenaria de Córdoba inscrita oficialmente (¿!) en el registro de la propiedad número cuatro de Córdoba el 2 de marzo de 2006 (tomo 2381, libro 155, folio 198) a favor de la Diócesis extranjera vaticana. ¿Cómo se atreven encima, tras estos despotismos permitidos, a tener relaciones con democracias avanzadas o comercio (gas, petróleo...) con países musulmanes?.
¿Cómo Europa se atreve con una doble moral vergonzosa a pedirle cuentas a Argelia, Cuba, Marruecos, Turquía, Venezuela...cuando existen menos andalusíes reconocidos que lapones en el mundo?. Ni Stalin o Hitler fueron tan eficaces homogeneizando a sus poblaciones. Aunque claro, ni siquiera ellos hubiesen alcanzado el máximo horror inflingido a un Pueblo, sin parangón conocido en la Historia de la Humanidad, el pavoroso listón logrado por la Unión Europea actual: consentir EL TRIPLE GENOCIDIO ANDALUSI.
Andalucia, 12 de febrero de 2012
Al-Hakam Rodríguez
FORO ABEN HUMEYA
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