Abel González Luna
La farsa maquiavélica de crisis mundial, apoyada por la connivencia de los gobernantes, está asfaltando las calles de nuestra ciudad con la dignidad de los más débiles, santos inocentes que deambulan como sombras en penuria intentando no caer ante de los demás.
Tan triste como real, tan injusto como cierto. Día tras día cruzamos la mirada con algún amigo o conocido al que tememos hacer la simple pero cortés interrogante de cómo le van las cosas porque llevan escrita la respuesta en el rostro. Sí, son culpables. Culpables de obedecer, de seguir los designios marcados por otros, de consumir como buenos sirvientes confiando en la benevolencia de su patrón. Víctimas, al fin y al cabo, que desconocen a sus verdugos. (...)
Son nuestros amigos, nuestros vecinos, con los que hemos compartido dichas y desdichas; los encontramos en el ascensor, en el supermercado, en la mesa de al lado tomando café… podríamos haber sido nosotros mismos. Personas trabajadoras y honorables, gente corriente que no han hecho nunca mal a nadie, cuya única preocupación durante su existencia ha sido conseguir el digno sustento para los suyos a base de esfuerzo y dedicación.
Hace días vi un cartel, “Liquidación total por cierre”, decorando el escaparate del pequeño comercio que un amigo tenía desde hace mucho. Me produjo una profunda sensación de tristeza, de rabia contenida por toda la impudicia que suponía. Claro, malos tiempos pero ¿Acaso hizo algo mal? ¿Acaso él como tantos otros no se dejó la piel en la batalla? ¿No han sido previsores? Se resignan con las explicaciones de los altos mandatarios: les ha tocado pagar la imprudencia de los poderosos.
Acechan tiempos de solidaridad, de no volver la mirada hacia otro lado, de acabar con la alienación social ante tales amenazas, de aprender del engaño, de organizarnos para mantener el orgullo del ser humano. La división es nuestro pecado original. La verdad, no quiero encontrarme otro “cartel” y de nuevo pensar asqueado “toda una vida…”.
Abel González Luna

3 comentarios:
Precioso Abel, muy bueno, desafortunadamente estan cerrando muchos comercios en Sanlúcar
Gracias Abel, sentir que cada día somos mas ayuda a seguir dando la batalla.
salud
Benito
Qué arte Abel, escribes muy bien.
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