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21 ago 2014

IU: según el defensor del pueblo andaluz, Víctor Mora y Juan Marín, no colaboran en buscar solución al problema de la casa apuntalada del carril de San Diego



La Casa Apuntalada del Carril de San Diego, lamentablemente, es un buen ejemplo de lo que representa para la ciudad la gestión de PSOE y CIS desde 2007.

El julio de 2013, seis años después del apuntalamiento y del corte al trafico del Carril de San Diego, anunciaron a bombo y a platillo que iban a encargar un estudio patológico del edificio, para así determinar las soluciones al problema tanto de la estructura de la casa como de la posibilidad de uso de esa importante vía que ahora se encuentra cortada. 




Ese estudio, como no, se lo iban a encargar a una empresa privada, pues decían que la Gerencia Municipal de Urbanismo no tenía los medios para ello. Un ente municipal que nos cuesta más de 20 millones de euros anuales no es capaz de hacer un estudio como este, entonces ¿para qué nos sirve?

De los resultados y conclusiones del supuesto estudio jamás se supo, salvo que ahora se quiere utilizar para proceder al derribo parcial de la casa. Los vecinos, junto con los comerciantes de las tres calles afectadas; algunos de los cuales han tenido que cerrar debido a la disminución de ingresos y por la pérdida de clientes; sufren las consecuencias económicas y sociales de la despreocupación de Víctor Mora y Juan Marín en la búsqueda de una solución a esta situación.

Recientemente, a través del colectivo Vecinos del Carril de San Diego y alrededores, hemos tenido conocimiento de una resolución del Defensor del Pueblo Andaluz a una carta enviada por un particular en la que se le pedía mediación para buscar una salida a la situación.

El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu Gregorio de Tejada, al parecer, tras diversas gestiones de petición de información al Ayuntamiento  que este no ha cumplimentado, ha notificado escrito remitido a la Delegación Provincial de Cultura, ya que el edificio apuntalado tiene reconocida protección por determinados elementos históricos y arquitectónicos, por el que se le recuerdan las normativas aplicables vigentes en Andalucía al respecto y se le recomienda que continúe hasta el final el expediente abierto que le dé una solución definitiva ya a este asunto, quedando a la espera de una respuesta por parte de la Delegación provincial de Cultura de Cádiz.

En dicha resolución queda patente el desinterés de Víctor Mora y Juan Marín en colaborar en dar una solución a este problema, siendo ambos, por tanto, responsables de la situación en que viven y trabajan vecinos y comerciantes en las calles afectadas.

No solo se han despreocupado sino que se han inhibido a la hora de exigir celeridad a la Delegación Provincial de Cultura en la resolución del problema. En este caso, Juan Marín no ha hecho valer su tan cacarearda independencia y se ha arrugado descaradamente a la hora de exigir soluciones a la Junta de Andalucía. Probablemente si la Consejería de Cultura estuviera gestionada por IU, Víctor Mora, Juan Marín y también el portavoz municipal de lo poquito que va quedando del PA estarían proclamando la inoperancia de la misma y exigiendo toda clase de actuaciones para solucionar el problema.

IU Sanlúcar, responsabiliza a Víctor Mora, como alcalde, y a Juan Marín, como delegado municipal de fomento de permitir durante cerca de ocho años esta situación en pleno centro de la ciudad, situación impropia de una ciudad que quiere hacer del turismo y de su patrimonio una sus principales fuente de ingresos.



Esta céntrica vía permanece cortada al tráfico a causa del apuntalamiento de una casa protegida desde 2007, afectando este corte además a dos calles adyacentes, calle de la Luz y calle Benegil, que desde entonces permanecen bloqueadas al tránsito normal de vehículos y dificulta enormemente la circulación de peatones. Como consecuencia del corte de las tres calles citadas, todo el entorno de este lugar ha ido degradándose, afectando negativamente a muchos vecinos y, sobre todo a comercios, bares y pequeñas industrias de la zona. Todo el perímetro de la finca aparece repleto de una gran suciedad, acumulándose basuras y roedores. También se ha convertido en refugio de drogadictos y de botellonas diversas, especialmente los fines de semana, lo cual afecta muy negativamente al descanso de muchos vecinos del barrio, que soportan ya de por sí un gran ruido.

También ha sobrecargado el tránsito por otras vías paralelas, afectando a la tranquilidad de los residentes que soportan una mayor circulación de vehículos. Toda la comunicación entre el Barrio Bajo y el Barrio Alto de Sanlúcar se ve afectada por este problema, pues el carril de San Diego es una arteria muy larga que atraviesa gran parte del casco antiguo, desde el Cerro Falón hasta llegar hasta el Castillo de Santiago, ya en el Barrio Alto.

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