Dolores Romero
Allá por el 2007 irrumpieron en la escena política local un grupo de personas que, bajo la bandera de independientes, venían a ofrecer su supuesta capacidad de gestión desnuda de todo encorsetamiento ideológico. Este hecho junto con la dependencia a los intereses de las estructuras superiores hace, a su juicio, que los partidos tradicionales locales no estén capacitados para dar solución y respuesta a los problemas y demandas de todo tipo de nuestra ciudad. Por estas razones justificaban su presentación a las elecciones municipales, pero sobre todo, venían por y para Sanlúcar y más que nada para dignificar la política local, muy devaluada por aquella lamentable legislatura del Equipo de Gobierno PP-AS.
A lo largo de estos casi 5 años de estar en el gobierno local, estos supuestos independientes han dado muestras sobradas de todo lo contrario. Hemos podido comprobar cómo esos “loables objetivos” a modo de principios insoslayables se han quedado en agua de borrajas. Siempre decían defender exclusivamente los intereses generales de la ciudad cuando solo han estado defendiendo unos intereses muy concretos y de un número muy reducido de personas.
Su participación en el gobierno local no está sirviendo ni para mejorar la gestión municipal ya que está siendo continuista en las formas y contenidos respecto a la del PP-AS. Igualmente no está sirviendo para mejorar la transparencia municipal, ni tampoco para acercar el ayuntamiento a los ciudadanos, es decir, un ayuntamiento de cristal abierto a los ciudadanos como prometieron en 2007 y siguieron prometiendo en 2011.
¿Donde ha quedado aquello que sirvió para que un indocumentado calificara a los concejales independientes en la legislatura anterior como los mosqueteros de la política sanluqueña? Hoy, seguro que el autor del calificativo estará buscando un recóndito agujero donde esconder su enorme chasco y ridículo, pero sabiendo que ello no fue llevado por el sentimiento sincero, seguro que estará como el que oye llover.
La “omertá” que, tanto unos como otros implicados en eso de los supuestos tratos de favor en el cobro de los vados, están dando como única respuesta y justificación está siendo tan llamativa como esclarecedora de una conducta cuando menos indigna de quienes son o han sido representantes en el ayuntamiento, sobre todo cuando tienen o han tenido responsabilidad de gobierno en el mismo.
La bajeza política de quien sabedor de que a cientos de sanluqueños se les está aplicando un implacable procedimiento recaudador, sentenciado como nulo de pleno derecho por un juez, que está suponiendo numerosas situaciones injustas e indignas solo es comparable con la bajeza moral de quien amparándose en su condición de ex concejal de un socio del gobierno local se cree con el derecho a la impunidad de no pagar sus impuestos locales.
Solo me queda desde aquí apelar a la dignidad personal del interesado para que se dirija a los sanluqueños admitiendo los irrebatibles hechos, pidiendo las disculpas públicas necesarias y haciendo frente a las liquidaciones pertinentes por su impago del impuesto del vado.
Por todo lo demás, dar gracias a la Plataforma del Vado que está dando todo un ejemplo de lucha contra una mayúscula injusticia además de servir para desenmascarar definitivamente a estos personajes que proclamaban que sobre cualquier cosa querían dignificar la política local.
Dolores Romero
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