Manuel Gaitero
El Poder, al contrario de lo que se dice, no cambia a las personas; hace que se revele”
A la luz de este pensamiento de este religioso dominico, amigo y consejero de Lula da Silva, y teniendo presente la trayectoria de su vida se comprende la verdad de su reflexión. Frei Betto abandona la tranquilidad del convento y comparte la vida de los más pobres entre los pobres en las “favelas” del Brasil. Conoce a Lula da Silva como sindicalista, luchador infatigable y honesto. Luego siendo Presidente de Brasil integra a Frei Betto en la tarea del Gobierno pidiéndole que conciencie a los, más de 40 millones, que habitan en las favelas para que luchen por su emancipación. Poco a poco Frei Betto se da cuenta que la intención liberadora del presidente sólo dura hasta que este comprende que los pobres de las favelas le son más rentables electoralmente, dándoles una asistencia social, mejor que ayudándoles a salir de su dependencia, despertando en ellos el hambre de la justicia y la liberación. En este momento Frei Betto abandona el Gobierno. Lula no es un corrupto, ni un hambriento de riquezas, pero el Poder despierta en él “otro” Lula que lleva dentro, amante de la gloria, seducido por el deseo de éxitos electorales que le mantengan en el Poder
Sin duda el Poder despierta en las personas el otro YO, el verdadero, el que somos y que está ahí en nuestro interior adormecido, agazapado como una fiera esperando una oportunidad para salir. Nos pasa como al alcohólico que no siente vergüenza de manifestar en público lo que siempre ha ocultado lo que en realidad es. Por eso pienso, que los gobernantes cuando beben el licor del Poder no controlan los hábitos y buenas maneras que le encubren y le sale el “Yo” más verdadero que cada uno es. No lo cambia el Poder, sino que lo pone en evidencia como es.
Manuel Gaitero Rosado

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