Abel González Luna
Cuando la prensa y la política van de la mano y se convierten en negocio el resultado puede ser una emponzoñada mezcla a la que dudosamente se le da amparo bajo el paraguas de la libertad de expresión. El fin, en ningún caso, debe justificar ciertos medios.
Los partidos políticos legítimamente hacen uso de los medios de comunicación actuales para exponer sus propuestas, mostrar discordancia e intentar llegar al electorado de la manera más convincente. Sin emitir juicio de valor, se ha convertido en práctica habitual que personas del entorno político, llámense gabinetes de prensa o individuos, manipulen, falten a la objetividad y vilipendien al gusto con fines partidistas. La política, desafortunadamente, se ha convertido en un productivo trabajo para muchos. (...)
Del mismo modo, los medios de comunicación, que tienen su origen en la necesidad o deseo de informar, requieren “patrocinadores” para poder subsistir. Actualmente, muchos de ellos dependen en gran medida de la suculenta aportación de partidos políticos, convirtiéndose así en meros títeres transmisores de “qué importa qué” siempre y cuando la “Comoneycación” sea bidireccional.
Se dice que más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena. Por tanto, no se debe negar a nadie la libertad de hacer con su negocio como bien estime, por muy rastrero, repulsivo, indecente o inmoral que resulte. Allá cada uno con su conciencia. Lo que no tiene cabida en ningún medio de comunicación es la publicación de artículos xenófobos, racistas y que a todas luces rayan la ilegalidad, según contempla nuestra constitución, por muy bien que pague la persona o personas que los subscriben.
Los administradores digitales tienen filtros y la obligación moral de hacer cumplir las leyes. La libertad de expresión tiene límites claramente fijados. No sería democráticamente sano que fiscales, colectivos o individuos se vieran en la disyuntiva de hacer valer los derechos constitucionales por vía judicial, más aun cuando resulta tan fácil recurrir al sentido común.
Abel González Luna
Abel González Luna

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