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12 ago 2010

Juventud divino tesoro

María Gálvez
A pesar de las importantes medidas adoptadas hasta el momento, en España y el resto de países, poco se ha avanzado en cuanto a la necesaria reorientación del modelo productivo.

El modelo productivo hace ascuas, y hoy 12 de agosto, día Internacional de la Juventud, nos encontramos con los datos más que alarmantes del último informe de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que dice que la tasa de paro juvenil en el mundo llega al 13%.

Se dice que primero fue la generación X, después los JASP (jóvenes pero sobradamente preparados) y ahora puede ser el turno de la que empiezan a llamar “la generación perdida”. Consecuencia de una crisis mundial que ha hecho que el desempleo juvenil alcance el nivel más alto en la historia.

Ahora más que nunca se hace necesario invertir en los jóvenes y sus potencialidades, porque los jóvenes son valor seguro de desarrollo presente y futuro. Como decía el mensaje del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon «Los jóvenes están haciendo contribuciones importantes a nuestra labor para erradicar la pobreza, contener la difusión de enfermedades, luchar contra el cambio climático...Pido a los Estados que aumenten sus inversiones en los jóvenes para que estos puedan hacer una contribución aun mayor». (...)
Existe un “mar de fondo” que exige cambios profundos en el sistema productivo, así como culturales. Podría pensarse en nuevas formas de relación entre la economía y la sociedad, y aquí es donde tenemos las carencias más graves, falta conocimiento, imaginación, espíritu emprendedor, audacia...
La formación y educación son claves para la verdadera transformación del modelo económico. Sólo se puede salir de la crisis con crecimiento sustancial de la productividad. Incremento sustancial de la productividad quiere decir inversión en Educación, I+D+i, así como la gestión sostenible de los recursos. La educación, medio ambiente e innovación como centro de la economía.

Por otra parte, es necesario un cambio de mentalidad, empezar a pensar en las soluciones y no sólo en los problemas, pensar en qué podemos hacer nosotros como individuos, y no en que pueden hacer otros. Como decía Albert Einstein “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y países, porque las crisis traen progreso. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura”. Seamos jóvenes en ideas y no sólo en edad.
María Gálvez

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Unas líneas maravillosas, muy alentadora, dan ganas de luchar. Yo me siento muy joven y me he visto identificado contigo.

¿pero dónde trabajar? ¿cómo? ¿dónde hay que ir?
Felicidades María, un artículo muy generoso.

Anónimo dijo...

Muy guapa esta chica, pero sabe de política