Piniófilo
Hace una década me trasladé a la avenida del quinto centenario,que para bien o para mal, para lo bueno o para lo malo, es sin lugar a dudas, la arteria principal de Sanlúcar. Ayer por la tarde noche, salí al balcón a respirar un poco de aire semi-puro, dado el alto grado de contaminación ambiental y acústica que se respira en multitud de ocasiones por estos entornos ruidosos, debido fundamentalmente al intenso caudal de tráfico rodado, que a veces se convierten en insoportables e interminables colas de vehículos de tracción mecánica, que solo encuentran en ella, la única vía de escape posible para la evacuación del pueblo. (...)
Un año más como de costumbre, se celebran en las playas de Sanlúcar nuestras magnificas carreras de caballos, de interés turístico andaluz, nacional e internacional, para el uso y disfrute de todos los conciudadanos y forasteros que discurran venir a disfrutar de este fabuloso e histórico evento. Estas carreras mundialmente conocidas - cada edición va superando todas las espectetivas en cuanto a visitantes se refiere -, acarrean por otro costado su parte más pesada, incomoda y oscura, que se va repitiendo año tras año. Es gracioso – cuando no se está dentro del coche claro - , ponerse a observar desde la terraza las caritas amargadas de las gentes, sometidas con despecho a la kilométrica caravana a doble fila después de la última carrera.
Aunque no consigo oírlos, si denoto por los gestos de algunos,- los que ya están acostumbrados a todo esto por venir todos los años -, comentando que les parece una cosa ya casi normal, otros cabreados dicen, -si lo se, no vengo-, y los que tienen más prisa supongo,- el año que viene va a venir su padre -.
Es obvio suponer que nuestro equipo de gobierno, y todos los que estuvieron en anteriores legislaturas, están y estuvieron al corriente de semejante problema, y el que más, supongo yo, nuestro actual delegado de tráfico y seguridad ciudadana, el señor Víctor Mora. Es curioso pensar en el despliegue policial que rebosa por casi todas las calles de Sanlúcar, cuando nos visita un pez gordo, un alto cargo, el presidente en cuestión, u alguien de la nobleza, a todos se nos queda cara de gilipollas de ver tanto policía suelto desperdigado por doquier, también se hace patente cuando hace falta recaudar dinero para las arcas municipales, observamos inocentemente como otro despliegue policial irrumpe por todos los sitios, esparciendo multas a diestro y siniestro a todo cuanto se mueve por ahí, y lo que está parado también, ya se encargará el señor Cuevas con su ágil grúa, en despachar todo cuanto de tiempo. Con una cuarta parte de ese despliegue policial, repartidos por puntos claves, ofreciendo comunicación a todo el que se vea perdido, unas cuantas señales de trafico colocadas en sitios estratégicos, y algunos carteles informativos indicando la salida, bastarían para dar cobertura a otras posibles rutas alternativas: (las piletas, la jara, el mazacote, capuchinos, camino de la jara, rompecerones, camino del hato, etc…) , que ayudarían como mínimo a descongestionar la mitad de la travesía de esta maldita avalancha…
No quiero terminar este artículo de hoy sin hacer referencia a una frase del señor Juan Marín en la pasada campaña electoral: “Os demostraré que con muy poco dinero, se pueden hacer grandes cosas “…
Piniófilo
Piniófilo
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