Juan de Dios Regordán
Las reformas educativas deberían hacerse para mejorar. Las que se hacen para “domesticar” fracasan. Me gustaría recordar de nuevo dos grandes leyes de Educación en la historia de España: Ley Moyano de 1857 y la Ley Villar Palasí de 1970. La primera ley educativa en España fue la Ley de Instrucción Pública de 1857, conocida como Ley Moyano. Intentó solucionar el grave problema de España, el analfabetismo debido en gran parte, a que la sociedad se encontraba con una gran inestabilidad provocada por las guerras carlistas con el reinado de Isabel II. El espíritu de la Ley Moyano, de una manera u otra, porque era buena para la formación de las personas, siguió influyendo, a pesar de los vaivenes políticos hasta llegar a enlazar con la LGE de 1970.
José Luis Villar Palasí fue el padre de la Ley General de Educación y Finananciamiento de la Reforma Educativa (LGE), norma que supuso una enorme modernización del Sistema Educativo en España. La Ley 1970 implantó la obligatoriedad de la Enseñanza Primaria hasta los 14 años, desde los 6 a 14 años en Educación General Básica (EGB). Villar Palasí fue también el padre de la UNED. En el año 2008 admitió Villar Palasí lo difícil que fue el “parto” de su ley Educativa, cuyo proyecto presentó a la semana de asumir la Cartera de Educación, cogiendo de improviso al mismo Consejo de Ministros que estaba en contra de la educación que quería implantar en España. Por ello no fue hasta el período 1975-77 cuando se puso en marcha, sin ser él ya ministro.
Esta Reforma Educativa, además de establecer la EGB, creó el Bachillerato Unificado Polivalente (BUP) y la Formación Profesional (FP). La nueva norma establecía que en las regiones en las que además del español se utilizara otra lengua se estudiaría obligatoriamente una asignatura de esta lengua, y en BUP, una asignatura de literatura de esa lengua. Al Bachillerato se le denominó “polivalente” porque se quería englobar en él los estudios secundarios posteriores a la EGB. Después se realizaba el Curso de Orientación Universitaria (COU), como paso antes de comenzar los estudios universitarios. En el COU el alumno podía elegir entre dos ramas de ciencias (opción Biosanitaria y Técnica) y dos de letras (Ciencias Sociales y Humanidades).
Cuando se publica la EGB todavía tenían vigencias aquellas Escuelas Sindicales que impartían formación educativa y formación técnica como carpintería, electricidad, mecánica etc. La Ley del 70, con la denominación EATP (Enseñanzas y Actividades Téncico-Profesionales) contemplaba la posibilidad de que cada centro ofertara una asignatura del decálogo de la EATP: electricidad, diseño, teatro, informática, segundo idioma extranjero, labores del hogar, fotografía, astronomía etc. Además, los alumnos debían escoger entre dos opciones, ciencias y letras, eligiendo tres de las cuatro asignaturas que se ofertaban en cada opción, que complementaban a las asignaturas obligatorias, comunes para ambas ramas. Las asignaturas que se ofertaban en cada rama eran: opción de Ciencias: Física y Química, Biología y Geología, Matemáticas y Literatura y en la opción de Letras: Literatura, Latín, Griego y Matemáticas.
Este sistema educativo inspirado en el gran espíritu aperturista de Villar Palasí no llegó a implantarse plenamente dejando en la cuneta valores y servicios imprescindibles para una formación integral. Fue derogado y sustituido progresivamente por la LOGSE de 1990, que buscó borrar la pervivencia de la Ley de Villar Palasí. Los seis primeros cursos de EGB corresponden a la Educación Primaria Obligatoria. La principal diferencia entre esta ley y la LOGSE es que los alumnos pasan a cursar la Educación Secundaria cuando cumplen 12 años, dos años antes que en el sistema anterior.
Juan de Dios Regordán Domínguez
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